Puto el que lee esto

"Nunca encontré una frase mejor para comenzar un relato. Nunca, lo juro por mi madre que se caiga muerta. Y no la escribió Joyce, ni Faulkner, ni Jean-Paul Sartre, ni Tennessee Williams, ni el pelotudo de Góngora. Lo leí en un baño público en una estación de servicio de la ruta. Eso es desafiar al lector y comprometerlo. Eso es un escritor. Ojalá se me hubiese ocurrido a mí un comienzo semejante. Ese es el golpe que necesita un lector para quedar inmovilizado. Ahí tenés, escapate ahora. No me muevo bajo la influencia de consejos maricones como Joyce o el inutil de Tolstoi. "Es un golpe bajo", dirá algún crítico amanerado, de esos que gustan de Graham Greene o Kundera, de los que se masturban con Marguerite Yourcenar. ¡Sí, señor, es un golpe bajo! Hay millones de libros en los estantes. Y el libro esta sólo, feroz y despiadadamente sólo entre los tres millones de libros que compiten con él. Entonces, caballeros, no esperen de mí una lucha limpia. John Irving es una mentira, pero al menos no juega a ser repugnante como Bukowski ni atildadamente pederasta como James Baldwin. Entonces yo, que soy un literato, debo ver a mi libro zambullirse en las mesas de novedades junto al tratado ilustrado de cómo cultivar la calabaza y al horóscopo coreano de Sabrina Pérez, junto a las cien advertencias gastronómicas indispensables de Titina della Poronga y las memorias del actor iletrado que no puede hacer la O ni con el culo de un vaso. Y allí estará la frase, la que vale, la que pega. "Puto el que lee esto". Aunque después el relato sea un cuentito de burros maricones como el de Platero y yo. No esperen, de mí, ética alguna. Sólo puedo prometerles sangre, sudor y lágrimas en mis escritos."
(Resumen del Prólogo de "Ud. no me lo va a creer" - Roberto Fontanarrosa (1944/2007) - humorista y eximio escritor Rosarino)